Mem Guímel

Asociación Socio-Cultural MEM GUÍMEL
Por la difusión de la cultura hebrea-Sefardí desde Melilla (España)
--------------------------------------------------------------------------------------------------

viernes, 22 de junio de 2012

Un Melillense, Héroe en Israel



UN MELILLENSE,HÉROE EN ISRAEL
“Por Mordejay Guahnich”


En esta ocasión vamos a relatar el hecho heroico de un Melillense que lleva viviendo escasos meses en Israel. Una verdadera historia con final feliz, gracias a la audacia, iniciativa, capacidad de decisión, valentía, actitud de líder… todo ello unido a los conocimientos y formación personal, han dado como resultado la heroicidad de un melillense en Irael.

Moisés Isaac Guahnich Bitán, nació en Tiberias (Israel) un 13 de diciembre de 1962, pero criado en la ciudad española de Melilla. Recientemente decidió para dar un cambio a su vida y buscar nuevas oportunidades, haciendo Aliá (emigrar) a Israel.

En Melilla los últimos años estuvo desarrollando trabajos de seguridad, en algunas empresas locales y en el edificio comunitario. Durante estos años, su inquietud y capacidad de superación,  han sido sus mejore aliado para continuar con su formación,  en varios cursos  de seguridad y sanitarios. Un extenso curriculum que le precede, un verdadero profesional y experto en su trabajo, esto nadie puede ponerlo en duda, y desde hace unos meses en Israel son sabedores de ello.

A pesar que Moisés le quita merito e importancia  a los hechos que vamos a describir, podemos afirmar y afirmamos que gracias a su actitud se ha convertido en todo un héroe. Ha sabido llevar a la  práctica con sangre fría, lo aprendido en los cursos de formación sanitaria (nivel I y II), impartidos  en la  “La casa del Mar”  de Melilla.

Entre sus muchas cualidades, es una persona muy  activa y altruista, en Israel como en Melilla, dedica los ratos libres a los demás. En esta ocasión está colaborando como voluntario de la policía nacional de la ciudad Israelí de Ashdod.

El pasado  26 de abril de este año 2012, Yom Haatzmaut (día de la creación del estado de Israel), a las 9 de  la mañana se encontraba de  patrulla con dos compañeros de la policía.

De pronto se recibe un aviso por radio, anunciando la trágica noticia que un joven se está intentado quitar la vida, se acaba de ahorcar en la parte posterior de un restaurante del paseo marítimo.

El coche de patrulla estaba a escasos 200 metros del lugar, y tras solicitar permiso se dirigieron al lugar señalado, con la idea de poder ayudar  en el tráfico y a la llegada de la ambulancia.

Pero lejos de ello, esta llamada iba a convertir a Moisés en un héroe, se estaba escribiendo una nueva hoja de la historia con letras de oro. En esta ocasión el protagonista un miembro de nuestra Kehilá (congregación) de Melilla. Es justo decir que en la ciudad no se supo valorar  lo suficiente su preparación y conocimientos, tanto en seguridad como sanitarios, <>.

Según nos relata  Moisés, "al llegar al lugar, vimos en la escalera de emergencia del edificio, un joven colgado  de una cuerda y su cuerpo  inerte. A sus pies una joven con un llanto desgarrador e impotente, gritando y pidiendo ayuda, intentando levantar el cuerpo pero tan solo conseguía doblarle las piernas. A unos 15 metros un  grupo de  8 ó 10 jóvenes, preso de estado de  shock,  sin capacidad de reaccionar, gritando y llorando.

En este momento sentí que debía de reaccionar, primero sin contagiarme del escenario que estaba presenciando.  En la mente, el único objetivo era salvar a este joven  que tiene toda una vida  por delante. El coche patrulla se acercaba,  voy estudiando la situación y antes de detenerse por completo, salto del vehículo para dirigirme a la carrera unos 30 metros. Pongo su trasero en mi hombro y lo elevo lo máximo que puedo,  mientras le digo  a uno de mis compañeros que  suba a cortar la cuerda y al otro que me ayude a elevar el pesado cuerpo.

 Coordinados los tres y trabajando en equipo, conseguimos liberar a los pocos segundo al joven de la soga. Ya en el suelo libero el resto de la cuerda que aún seguía fuertemente sujeta a su cuello.

Tras un breve reconocimiento, pude comprobar que el rostro estaba morado  por falta de riego sanguíneo, sin   pulso, ni respiración.... Estaba ante una situación crítica, nunca mejor dicho de vida o muerte.

Mis compañeros se dan cuenta de mis conocimientos  y me dejan actuar libremente, mientras llegan los servicios sanitarios, pero su pesimismo se podía leer en el rostro.

Me dije que la  esperanza es lo último que se pierde, comienzo a practicar la reanimación según me enseñaron. Tras la primera práctica de reanimación, compruebo que sigue sin pulso y sin respirar, tras la segunda consigo devolverle el pulso, aunque débil.... Entonces me dedique a insuflarle aire, después de unos minutos interminables, por fin respira  por sí mismo. En ese momento sentí una sensación  difícil de describir, un alivio aunque la adrenalina siguía haciendo su trabajo y no bajé la guardia ante una recaída.

7 u 8 minutos después llegó la ambulancia, y tras explicarle a la doctora lo ocurrido y como actué, su respuesta  fue que ellos  no habrían llegado a tiempo de salvarlo, pues era solo cuestión de segundos la diferencia entre la vida o la muerte en este caso en concreto”.

Cuando ya pasó todo, la novia de 18 años, en la comisaría explicaba con detalles lo ocurrido. Que el joven que se intento quitar la vida era su novio de 19 años, y actualmente era un  soldado y que viven en la ciudad de Bet-Shemesh. Viajaron a Ashdod para pasar el día de Yom Haatzmaut con un grupo de jóvenes de su ciudad.  Estuvieron toda la noche bebiendo, y su novio  estaba muy borracho y haciendo tonterías. Ella le dijo que se marchaba si seguía con esta actitud, recibiendo como respuesta que se mataba si ella se marchaba. A pesar de ello no daba crédito a su palabra, y decidió dejar a su novio y abandonar Ashdod. Pero a los pocos segundos le  llamaron las amigas diciendo que su novio se había ahorcado, volviendo corriendo al lugar, y se encontró a su novio colgado de la cuerda.”

Se había conseguido salvar la vida del joven soldado israelí y ahora la novia aportaba luz para esclarecer el motivo que le llevo para ahorcarse.

Todo volvía a su normalidad, y con la humildad  que caracteriza a Moisés, quedaba todo en una simple anécdota, sin darle mayor  importancia. Simplemente con la satisfacción del deber cumplido como persona y como voluntario en la policía de Ashdod.

Pero la sorpresa para nuestro héroe, llegaba a los pocos días, cuando recibía una llamada de la comisaria comunicándole que el Comisario le había dado la importancia que se merece su acto, y le haría  entrega de un certificado de reconocimiento por el trabajo realizado....

Pero no quedó ahí la cosa, lo ocurrido llegó hasta oídos del Comandante de la Región “Zona Sur”, queriendo tener gran honor de entregar este certificado. El día elegido no pudo ser de mayor gloria,  haciéndolo coincidir  con la reunión de  todos los comisarios y jefes de comisaria.  Todos los jefes reunidos y expectantes de escuchar de boca del verdadero protagonista que salvo una vida, lo ocurrido este día.

Finalmente el  Comandante de la Región, le hizo entrega del certificado a Moisés Isaac Guahnich Bitán, un Melillense héroe en Israel.  Un gran honor para el homenajeado, ver como jefes que ostentan tantos  galones y condecoraciones,  estuvieran de pie y aplaudiéndole, mientras le felicitaban y extendía sus manos para estrechar la de Moisés.

Salvar una vida en Israel es un hecho  muy importante y un mérito,  teniendo un valor añadido si es un soldado del Tzahal (Fuerza de Defensa de Israel).

Hoy ha nacido un nuevo héroe, en esta ocasión muy cerca de nosotros.
מזל טוב
MAZAL TOV,
 FELICIDADES, FÉLICITATIONS, CONGRATULATIONS, CONGRATULAZIONI, PARABÉNS

lunes, 11 de junio de 2012

CAPERUCITA ROJA


CAPERUCITA ROJA CONTADO EN HAKETÍA
Por  Soly Anidjar

Era una vez una niñita luzida y muy bonita. Su madre la izo una capita colorada con tela que merco de encade Ayuch Amsellem el del soco, y la niñita la ponía tan a menudo la capita colorada que todo el olam la llamaba ferazmal, Caperucita Roja. La capita colorada era como las que mos ponían cuando teníamos sarampion, iwual.
Un día, su madre la dicho ayma, leva unos pasteles y unas hajitas sabrozas a tu abuelita mama Hanna, mama Hanna, vivía al otro lado del bosque en una caleja sin salida con una lechura y una dolma de no sepáis de mal, Su madre la recomendó que no se entreteniera con ningún melhok por el camino, el bosque dichozo era muy peligroso, y pudria estar por allí el malogrado del lobo.A mira si quedes tu esa madre una ninita se manda sola a esa jeha el cahla?
Caperucita Roja tomo la alcofita con los pasteles de la patisseria de Pilo de Tanger, y las hajitas y se puso en camino. La nińita tenía que atravesar el bosque para llegar a casa de la Abuelita, mama Hanna pero no se espanto porque allí en el bosque siempre encontraba a los pácharitos, las ayanas, los conejos, las tortugas
Wuowuo de repente miro al lobo, se le cayga el mazal, era grande y preto como el carbón.
Onde vas, niña dicho con su voz ronca de trueno.
- A casa de mi Abuelita mama Hanna- le dicho Caperucita.
Caperucita puso su alcofita con todas la hajitas en la hierba y se puzo a cortar flores: - El lobo no le quede amo ni dueńo se fue-, no tengo porque spantarme. Mama Hanna se pondrá muy contenta cuando la leve estas flores con los pasteles y lasa hajitas, daca lo pondré todo en la alcofa.
De mientras ni corto ni peresoso el malogrado del lobo se fue a casa de mama Hanna, pico a la puerta y la biejita le abrió porque se la creio que era su nietezita, Caperucita. El lobo bel3eo a la biejita y se puso el gorito rosa, se cobijo con el albornos que estaba en la percha del corte inglés, se metió en la cama
se tapo, cerró los ojos y se mudeo. Caperucita Roja llegó unos minutos dispues quel, toda contenta puzo la alcofa sobre la meza de la cozina y las flores sobre la meza del comedor.
La niñita lamarga se acercó a la cama y vio que su abuela estaba, trocada y dicho con espanto y temblor.
Abuelita, abuelita, ¿qué ojjos más grandes tienes?
- Son para verte mejjor a benti- dijo el melok del lobo imitando la voz de la abuelita.
-Abuelita , abuelita, ¿qué orejjas más grandes tienes?
-Son para oírte mejjor- dicho el lobo.
- Abuelita, abuelita, wuowuo ¿qué dientes más grandes tienes?
- Son para...belearte mejjoooor!- y diziendo esto, el lobo malogrado se tiro sobre la niñita y la comió, lo mismo que izo con la abuelita.
Buglib en la tripa ya tiene a la Abuelita y a la niñita
El uardia que cuidaba de la caza de la Abuelita miró la puerta de la caza abierta y al lobo no le quede amo echado en la cama y mudeado de tan harto que estaba.
El uardia sacó su cochio y le abrió la bariga del lobo. La Abuelita y Caperucita estaban allí, ¡vivas!.
Para castigar al lobo El uardia le llenó la bariga de piedrezitas y se lo cuzio con ilo y agujja (sin dedal). Cuando el lobo se despertó de su pezado sueño, le bino una sed y se fue a un estanque serca de la plaza de España para beber. Como las piedras pezaban una tonelada, cayó bahda en el estanque de cabeza y se ahogó.
Caperucita y su abuela, no las entro nada más que un gran espanto, pero Caperucita Roja aprendió la lección. Caperucita y su abuela, no las entro nada más que un gran espanto, pero Caperucita Roja aprendió la lección. Prometió a su Abuelita que en la vida no se pondrá a kasrear con ningún melhok desconocido.
Y aquí se acaba el cuento con pan y pimiento.

jueves, 7 de junio de 2012

La red de redes (Internet) “Todo bajo mi control III”


La red de redes (Internet)  “Todo bajo mi control III”

En esta tercera entrega sobre el amplio mundo que nos ofrece internet. Vamos hablar, que ha comenzado a dar pasos agigantados, y será el futuro más cercano y destacado de la  historia de internet.
Las redes sociales, son ya parte de neustras propias vidas. Es parte de la propia humanidad.
Las redes sociales cada vez se implantan más para contactar, subir nuestras fotografías, contar nuestras intimidades, tener al día a nuestro amigos, donde estamos en cada momento……
Pero no queda todo ahí, se están incluso usando para el comercio, y otros muchísimos usos.
Las redes sociales, nos ha abierto en particular un mundo, donde la distancia, es de la mano al mouse (ratón), o del ojo al monitor.
Cada vez  tenemos más presentes facebook, twitter, tuenti…… hay muchas, y cada día son más las que se hacen un hueco en el mundo virutal.
Nos conectamos desde  el ordenador,  teléfono y Tablet…..
Las redes sociales, no tiene edades, la utilizan personas de todos los grupos y estratos sociales. Aunque esta teniendo una gran influencia en los más jóvenes, a la vez los más vulnerables.
Cuando te abres un perfil,  se firma de forma virtual un contrato o norma de uso, por regla general no las leemos. Hay que tener cuidado, es posible que en la letra pequeña, aparezcan sorpresa en un futuro. Cabe la posibilidad que las fotografías, comentarios, etc. Que subimos a la red, se quede en propiedad de los dueños de la misma, y puedan hacer uso de ello cuando quieran. Mucho cuidado, pero que esto no sea una barrera para usar estas redes sociales.
Hay que tener precaución,  podemos facilitar datos importantes de neustra vida. Ejemplo de ello son las personas que con todo detalle van contando su viaje. Cabe la posibilidad que alguien haga mal uso de ello. Es una fuente de información en caso de robos, etc.
Un consejo, es colocar las fotografías cuando regresemos.
Tener cuidado cuando damos a  me gusta, o los comentarios. En especial con los móviles, que por ser pequeños,  podemos errar sin intención. Pueden capturar la pantalla y luego publicarlo,  o manipular.
Las fotografía, que nunca sean comprometidas, y fijaros bien quienes aparecen. Tened en cuenta que a parte de mis amigos, pueden entrar otros, a través de amigos. Para ello existen unos parámetro al configurar el perfil.
Un consejo es ver nuestro muro, con otro perfil de vez en cuando, para ser consciente a que tienen acceso los demás
Navegar con internet, SI, pero con seguridad. Tened instalado anti-virus, activar el control parental para los niños, y no visitar paginas que sean sospechosas.
Continuará........... 

A Don Abraham Sultán S., su última entrevista


A Don Abraham Sultán S., su última entrevista
“Por Samuel Akini Levy”




Hoy fue un día diferente, desde muy temprano en la mañana me ocupé única y exclusivamente de mi querido amigo Don Abraham Sultán S.   Z.L., puedo decir que fui uno de los primeros en llegar a la funeraria, mi cuerpo no había concientizado lo que estaba viviendo. Me recibió en la entrada uno de sus yernos, de inmediato me vuelco a la realidad.  Ya no se trataba como de costumbre  de ir a una de sus cenas, a esas hermosas tertulias en la que haciendo gala de su maravillosa memoria traía a colación historias que nos llenaban de esperanzas. Aquellos verdaderos y muy sentidos relatos  de compañeros, de viejos amigos, de alguna de nuestras familias.  Sí, debo reconocer que a Don Abraham no se le escapaba nadie. Él podía hablar, contar y explicar con lujo de detalles  de una generación a la otra.
 En una oportunidad en la que había dejado un largo vacío a nuestros encuentros, preguntó el por qué de mi ausencia.  Le dije que había estado escribiendo la historia del padre de una señora mayor, por cierto un hombre fallecido no menos de treinta años antes. Le di el nombre del señor consciente de que no sería de relevancia para él. Mi sorpresa fue mayúscula cuando me dijo que recordaba  haber escuchado ese nombre cuando contaba con siete años, me dijo haber conocido a un señor que había llegado a Melilla desde Marruecos, me dijo que el Rey de Marruecos lo había condecorado, pero no se detuvo en ese punto, comenzó a detallarme la ropa que el señor usaba, sorprendentemente era la misma que su hija me había mostrado en las fotos de familia que debía emplear al publicar mi historia.
Me doy cuenta de que sin querer brotan experiencias y cuentos de Don Abraham, pero hoy quiero hacer un recuento formal de lo que vi, lo que viví y sentí durante las horas que pudimos acompañarlo desde la funeraria a las nueve de la mañana hasta las tres y media de la tarde que fue cuando acabó el entierro.
Seguro de que éste será un documento para generaciones venideras, hago un paréntesis en el personaje y paso a detallar lo vivido.
El féretro cubierto con un paño negro que lucía la estrella de David, como signo inequívoco de que el fallecido es un miembro de la comunidad judía, está como de costumbre descansando sobre una alfombra.  En ella se notaban unos grandes candelabros que mantenían unas velas encendidas, lo que hizo que mi cuerpo se crispara de temor. El respeto que este hombre ejercía entre los que lo conocíamos estaba presente, pero más significativo era el saber que ya no lo volvería a ver. La tristeza tomó su lugar y comprendí que la pérdida era irreversible. Con gran sanidad mental, vi a sus hijos y llegó una nueva respuesta, Abraham había sembrado el árbol del amor y sus frutos ya eran maduros, no sólo en sus cuatro hijos, muchos nietos y bisnietos portaban el estandarte de los Sultán. Supe que la comunidad perdía a un adalid, pero ganaba a muchos de la misma familia. Él se había ocupado de mostrar el camino, de enseñar con el ejemplo y de saber valorar lo espiritual más que otras cosas.
Don Abraham reía a plena carcajada al saber que sus hijos habían ayudado en esta o aquella obra benéfica, que estaban dirigiendo o colaborando en esta o aquella institución comunitaria. Allí es donde los grandes hombres muestran su alma. Es así como podemos entender que los que se destacan lo hacen no sólo al ver sus logros en directo sino que se proyectan en los suyos.
La cantidad de personas que hizo acto de presencia para dar un sentido y bien ganado homenaje rompía cualquier cálculo. Lo increíble era ver como la gente lloraba a un ser humano del mismo modo que se le hace a un ídolo. Vi a muchas personas ancianas, que tuvieron que ser auxiliadas para dejar constancia de que a ellos les había irradiado su amor, amistad, confianza, apoyo o su consejo.
Cada uno de los nietos con un dolor que se sentía en toda su dimensión acompañando a sus padres para de algún modo aminorar esa pena que bien sabemos imposible de perder. En ellos vi el rostro sonriente de Abraham, en ellos vi su calor humano, con ellos estoy seguro de que muchos árboles crecerán dando sombra y frutos al mismo jardín.
A cada instante uno podía escuchar palabras elocuentes y generosas a niveles desconocidos, pareciera ser que se hubieran puesto de acuerdo en traer esas historias que por años mantuvieron guardadas para hacérselas llegar a Dios como una carta aval del personaje que se estaba llevando. La variedad de halagos no tenía fin y los comentarios, unos recogidos por mí y otros dejados en manos de la familia, podrían servir para escribir un  par de libros sobre Abraham Sultán el ídolo comunitario.  Creo que ese título puede decir de él mucho pues al mencionar su nombre en cualquier recinto, de inmediato se sentía un aire diferente, el benefactor, el padre de muchos, el que apoyó a muchas familias hacía acto de presencia y era su dignidad, su nobleza a la que el pueblo quería acercarse.
El primer discurso lo hizo Abraham Levy. Su enfoque de igual manera hacía ver a un maestro con el deseo de enseñar y hacer, dejaba ver a un visionario que antes que nada debía unir a las dos comunidades y hacerlas una. Es gracias a ese gran esfuerzo que compartido con el Dr. Rubén Merenfeld se logra consolidar y unir por medio de la CAIV a ambas instituciones. Es gracias a Don Abraham que con su aporte, uno económico y el otro como garante del crédito necesario, se adquiere el terreno y se emprende la obra del Colegio Moral y Luces Hebraica. Levy con un sentir que hacía quebrar su voz nos dejaba ver el dolor que sentía por la pérdida del hombre, del dirigente, maestro y del amigo.
Paso seguido y con ese estilo propio del Rabino Pinchas Brener, nos lleva a esos escondites de la Biblia para sacar debajo de la manga el parecido tanto en nombre como en acción de nuestro Padre Abraham y de nuestro querido amigo. Dejar relucir muchas semejanzas y hace honor y gala en que es un hombre mandado para hacer, para crear como en realidad hizo una comunidad.  Entre sus relatos nos cuenta que en una vista que hizo a Melilla, descubrió cosas que dejaban ver a este hombre como universal, pues su ayuda económica y sus obras de beneficencia traspasaban fronteras y llegaban inclusive  a esa ciudad que lo vio nacer. Es un ejemplo de que el buen hijo siempre regresa a casa. El temple y el amor que nos proyectó sirvieron para poder hacernos una idea de que su trato con los cuerpos rabínicos era acorde a su genialidad. Pues pocos son los hombres que aconsejan a rabinos y estoy seguro de que  él, sin dudas fue uno de ellos.
Para cierre de los discursos, toma la palabra un hombre sencillo pero no menos valioso en lo referente a su palabra. El gerente  de las empresas de Abraham Sultán,  Antonio Rosales, nos presenta la cara de ese empresario que en una modesta oficina pasaba lista todos los días, no para saber su presencia sino para conocer en detalle a cada uno de sus colaboradores. Nos permite saber que el hombre conocía a cada empleado por su nombre y que además estaba al tanto de su familia. Y preguntaba por cómo sigue Pedrito tu hijo o María tu mamá. Sabemos por su boca en los más de treinta años de trabajo, jamás lo escuchó decir una palabrota y que si veía alguna irresponsabilidad en alguno de sus colaboradores, le llamaba la atención y si la falta era mayúscula, su rostro se enrojecía. Ver a un hombre alabando a un jefe, a un amigo con tanta vehemencia, me hizo sentir injusto en mi trato, me doy cuenta de que lo quise y quiero pero que aún siendo éste mi sentir desde siempre, a lo mejor no se lo hice saber cómo en verdad ya está en mi ser, en mi mente y en mi alma.
 Por ello quiero agradecer a sus hijos el haberme permitido acercarme del modo que lo hice por el tiempo y las veces que pude y sé que les robé sus espacios y tiempos.  Pero agrego que ganaron a un amigo, un hermano. Que Dios lo reciba a su derecha,  que sus consejos le sirvan para lograr paz en la tierra y que desde el cielo nos proteja con su cuido y bendiciones.
Para Perlita, Annie, Carlos y Simón Sultán, cuatro maravillosos hijos que son y serán testigos permanentes que pasarán sus enseñanzas de manos entre sus descendientes. Honor a quien honor merece.