Mem Guímel

Asociación Socio-Cultural MEM GUÍMEL
Por la difusión de la cultura hebrea-Sefardí desde Melilla (España)
--------------------------------------------------------------------------------------------------

lunes, 9 de abril de 2012

LOS HEBREOS DE MELILLA Y LA GUERRA CIVIL ESPAÑOLA


LOS HEBREOS DE MELILLA Y LA GUERRA CIVIL ESPAÑOLA
Por María Elena Fernández Díaz

Las fechas de entrada en la ciudad de hebreos podemos fijarlas entre 1863 y 1870, construyendo su primer cementerio, el de San Carlos, hacia 1870. Son los hermanos Menajen y Aaron Obadia, tetuaníes, los primeros en alquilaran una casa en Melilla, instalándose en 1864 José Salama Roffé, comerciante y primer banquero.

La comunidad hebrea se había fundado hacia 1883 y en 1893 ya existían varias escuelas-sinagogas, encontrando en 1907 seis escuelas hebraicas.

A la vez que van instalándose fundan varias sinagogas, denominadas en Melilla, Tefilá, que eran de propiedad privada, costeadas y mantenidas por el propietario, trasmitiéndose la heredad, sin embargo son de uso público de la Comunidad.

En el censo de 1884 aparecen otros 80 hebreos procedentes de las kábilas próximas como Beni-Sidel y Beni-Bugafar, creándose en 1871 el Libro de Provisional de Ciudadanía, donde aparece el primer hebreo que obtiene la nacionalidad, Abraham Azerah, natural de Tetuán. Según el testimonio de D. Abraham Sultan: la población judía se traslada de Marruecos a Melilla, ya que poco a poco la población hebrea era más significativa y las costumbres se ejercían con mayor libertad.

Entre fines del XIX y 1º XX, hay siete años de insurrección e inseguridad en las zonas controladas por el Rhogui donde se intensifica el horror y la barbarie en diferentes zonas, entre las que se encontraba la de Tazza, cuya población hebrea fue diezmada y hubieron de huir como pudieron. Van llegando a la ciudad en diferentes oleadas y nos encontramos en 1904 con varios centenares de hebreos refugiados que habían logrado salvar sus vidas pero que llegan en la más completa miseria, instalándose primeramente entre Fuerte Camellos y el barrio de Triana, (Tesorillo), siendo auxiliados por las autoridades melillenses junto con los hebreos acaudalados ya instalados. Posteriormente y enterados de tal situación, les ayudan la Alianza Israelita de Paris y la Comunidad Israelita de Tánger. Ante el aumento de refugiados se traslada el campamento a la zona del Polígono en las inmediaciones del Fuerte de María Cristina, siendo ya contabilizados más de medio millar, inaugurando el barrio Hebreo.

Todos estos hebreos, participarían activamente en la vida política y cultural de Melilla, siendo aquellos que pertenecieron a la izquierda castigados duramente, durante y después de la guerra civil, sufriendo una intensa violencia política y represión, solamente comparable a la sufrida por los cristianos, en parte por pertenecer a ese grupo político y en parte por su adscripción religiosa.

Entre el año 1931 y 1936, dice León Levy que en Melilla vivían alrededor de los seis mil hebreos, integrados completamente en la sociedad melillense, siendo las actitudes antijudías casi de carácter anecdótico.

Deseaban un colegio propio y advirtiendo que la Administración de Melilla no les iba a solucionar el problema, en 1929 deciden recaudar dinero entre sus miembros y en la calle Duquesa de la Victoria, compran un terreno levantando un edificio de dos plantas, siendo el primer Colegio Hispano-Israelita en suelo español desde la expulsión en 1492.

Dicha edificación fue incautada en 1936 y habilitada como Cuartel de las Milicias de Falange, (donde se realizaron todo tipo de arbitrariedades contra los detenidos), siendo adaptada más tarde como sede del Gobierno Militar y por fin devuelta a la Comunidad en 1945.

De una forma u otra los hebreos que residían en Melilla fueron nacionalizándose lentamente acogiéndose a las diferentes normativas, -R.D. 6-11-1916, R.D. 20-11-1924, y R.D. 19-4-1931.

En febrero de 1936 una parte de dicha comunidad se hallaba vinculada a diferentes partidos políticos de izquierda, siendo algunos de ellos militantes activos como Fortunato Mahfoda Serfaty ( 19 de julio 1936) de las Juventudes socialistas o David Bitan (19 de julio 1936) de Izquierda Republicana, siendo perseguidos y represaliados además de por su adscripción política por su religión. A otros se les acusará de estar vinculados a la masonería como Alberto Benaim Benaim o Yudah Levy Ruas, ocurriendo algo muy parecido en todo el Protectorado.

Otra parte de los hebreos, se había vinculado a los partidos republicanos más conservadores en los que estaban integrados algunos personajes importantes de su comunidad como Isaac Benchimol Melul del Partido Radical y Abraham Benatar Taurel que fueron elegidos concejales del Ayuntamiento durante la II Republica o el rico comerciante Jacob Salama del partido progresista conservador, que ya habían participado en etapas anteriores en la política local, incluso sabemos de un hebreo falangista, Rafael Israel que cuando comenzó la guerra era ya “camisa vieja”.

A su vez con el advenimiento de la II Republica se propicia un acercamiento hispano-judío, puesto que la nueva constitución instauró la separación iglesia-estado y la libertad de culto, esto supuso para los judíos la garantía de ser considerados en España ciudadanos de pleno derecho, promulgando una ley que facilitaba la adquisición de la nacionalidad a las personas de origen español en el extranjero, entre los que se encontraban numerosos sefardíes.

Entre el 17 y 18 de julio una parte del ejército español se subleva contra el gobierno de la II República, siendo Melilla la primera ciudad donde triunfó el llamado Movimiento Nacional, además de la primera que queda en la retaguardia inaugurando un largo periodo de represión, -fruto de un programa estudiado con anterioridad, reflejo de las consignas dadas por el General Emilio Mola Vidal en abril de 1936 para el Protectorado-.

De 1936 a 1939, e incluso años antes y después existirá una extensa propaganda en contra de masones y judíos, apareciendo en diferentes editoriales tanto en los diarios de la Península como en los de Melilla, perjudicando mucho a esta Comunidad.

Durante la guerra Civil, la mayoría de las comunidades israelitas del mundo apoyaron a la Republica, existiendo un porcentaje no desdeñable de hebreos en la Brigadas Internacionales, entre un 15 y un 20 por ciento aproximadamente A su vez hubo hebreos melillenses que lucharon encuadrados en las fuerzas republicanas como Elías Botebol Benhamu, estudiante de Medicina en Valencia enrolado en la columna Uribarri donde actuó como médico con el grado de Teniente de las Milicias. También lucha con la republica Simón Benarroch que hubo de cambiar su nombre por el de Simón Peñarroya e Isaac Bergel que logra pasar más tarde a Francia.

A la comunidad, según el testimonio de León Levy, se les requisa las sinagogas, no pudiendo seguir a diario sus ritos religiosos y ejerció sobre ellos una violencia política y una represión continuada en todos los ámbitos, siendo la represión religiosa y educativa la que más les marcó a lo largo del tiempo.

De los ligados a la izquierda y a la masonería, muchos fueron detenidos, algunos ejecutados, siendo todos sancionados confiscando sus bienes y abonando multas que eran renovadas constantemente con la intención de arruinarles, dictando la prisión preventiva e ingreso en campos de concentración a todos aquellos que sabían o intuían que habían ayudado al triunfo del Frente Popular.

La represión de tipo administrativo en Melilla, Ceuta y el resto del Protectorado fue igualmente intensa, pero si nos fijamos en la física, hemos de apuntar que en Melilla fallecieron muchos más hebreos que en el resto del territorio, quince en total, todos ellos varones; a su vez fueron enviados al Campo de Concentración de Zeluán, al menos, cincuenta y siete, siendo algunos detenidos directamente por La Falange melillense. Los hebreos afines al Frente Popular salen a la calle a defender el orden establecido, falleciendo como consecuencia directa de la primera represión, ocho en los primeros días, -entre el 19 y el 28 de julio- y más adelante cinco fusilados en el campo de Rostrogordo, junto a otras dos víctimas: el 22 de septiembre de 1936 Maimón Levy Levy, fallecido en el Batallón de Cazadores nº 3 (apaleado) y 09 de Mayo 1938 Judás Millara Semani. A su vez tenemos constancia de la muerte, tras finalizar la guerra civil, de otro, 15 de febrero de 1940 Rubén Bitan, en la Prisión de partido de Melilla de tuberculosis pulmonar. Sabemos también con seguridad que hubo un hebreo más ejecutado fuera de la ciudad, en el Protectorado español, se trata de Salomón Corcia Corcia.

Además en los primeros días del Movimiento son detenidos, junto con otras personas, varios hebreos, ya que según los Regulares que los paran, estaban desocupados e infundían sospechas.

Y para salvaguardar su integridad física, la población melillense contribuyo con los numerosos llamamientos tanto para sufragar el Movimiento Nacional, como el sostenimiento del Protectorado. La población hebrea, sobre todo los más acomodados, contribuyeron “de manera muy generosa” a sufragar los gastos suscitados por la contienda, al menos entregaron dos millones y medio de pesetas en diferentes suscripciones e incluso se les pidió las huchas de los niños hebreos siendo que fueron entregadas a las nuevas autoridades.

La mayoría de los hebreos de Ceuta, Melilla y el Protectorado aparecen en las filas nacionales dentro de sus correspondientes reemplazos, falleciendo algunos en la contienda, al ser obligados a ir los primeros al frente por su religión.

Las riquezas de los hebreos fueron codiciadas por los sublevados siendo estas junto a sus filiaciones políticas izquierdistas y su religión los tres pilares sobre los que se gire la represión a esta comunidad.

El que fuera su presidente el 17 de julio de 1936, Yamin Benarroch, hará todo lo posible por salvar a su comunidad, a la vez que intercedió por todos aquellos que pudo fuera de la misma, siendo el encargado de recoger y reconocer a los fallecidos hebreos de las calles en los primeros días del Movimiento Nacional.