MABATI "MI MIRADA"
Por Mordejay Guahnich
En estos días tan importantes y trascendentales para el pueblo Judío, nos planteamos si hemos hecho bien los deberes, si hemos cumplido nuestra parte del Brit (pacto), para que Hashem (Altísimo) nos juzgue con Rajmanut (benevolencia).
Este compromiso, es inherente a todo judío, por nacer dentro del seno de este pueblo, compromiso del hombre con el Altísimo, sus fueros y leyes.
Pero a veces con el devenir de la vida, adquirimos otros compromisos con los propios seres humanos, no pensemos que estos tienen menos importancia o podemos dejarlos de lado. El Yetzer Hará (mal instinto), lucha para restarle importancia y hacernos caer en la despreocupación de los Nederim (promesas), entre las personas o con las instituciones.
La Kehilá de Melilla, ha adquirido un compromiso con su Comunidad, el compromiso de llevar adelante el proyecto de reforma del edificio comunitario, que esta casi acabado, y la continuidad del Colegio “Liceo Sefardí”.
No somos robot, somos personas con capacidad de raciocinio y con voluntad propia, por lo tanto no todo el mundo estaba de acuerdo con estos dos macroproyectos de la Comunidad Israelita de Melilla, totalmente justificados y respetados sus argumentos. Gracias a Hashem estamos en un país democrático.
Pero si decir, que muchos enseguida enarbolaron la bandera para que se convirtiera en realidad, como Baruj Hashem ha sido. Ha sido la labor comunitaria con el mayor desembolso económico en esta Kehilá centenaria.
En octubre del año 2004, cuando tuvimos el Zejut de tener en Melilla la visita del del Rab Harashí, Rab Shlomo Amar “Shelita”, dando ejemplo y su aportación fue la primera, para las aspiraciones de la junta directiva. Las paredes del salón comunitario temblaban al escuchar la generosidad de los presentes. Hazak Hubaruj a todas estas personas y que Hashem les de Berajá y Hazlajá. Sin el sprinte inicial, la carrera no llega a buen fin.
Este fue el punto de partida para el compromiso adquirido.
A partir de entonces muchos miembros de la Comunidad se comprometían con los planes de reforma y creación del Liceo. Algunos a través de sus buenos donativos, otros con campaña de conciencia para que los padres matricularan a sus hijos en el Liceo, otros aportando ideas..... todas estas iniciativas dignas de alabar y reconocer, para poder llevar a buen puerto este barco que es la Comunidad.
Las buenas intenciones son positivas, las ideas resolutivas, pero la realidad es que sin el dinero nada se puede hacer. Por lo tanto hay una persona a la que sería injusto no mencionar, es el Sr. David Melul Z.L. que en vida adquirió un compromiso muy importante, aportando una importante cuantía económica, secundado por su familia. De la Kehilá de Melilla, las aportaciones fueron destacadas y necesarias. A todos Hazak Ubaruj y que Hashem tenga en los Shamayim la Neshamá del Sr. Melul.
Lo que quiero transmitir en estas breves palabras, es que el proyecto no ha acabado, hay que seguir alimentando a la criatura que se ha creado y para eso hace falta la inestimable colaboración de muchos miembros de la Comunidad.
Donaciones que cada uno debe hacer libremente, según sus posibilidades y capacidades.
Como dice la Halajá (ley), primero tu entorno, y el nuestro es la Comunidad y las instituciones locales.
Estos días de reflexión podemos pensar que queremos para nuestra Comunidad, si queremos que siga adelante o vare este barco en la indiferencia y olvido.
Lo que no se debe caer en el error, de reprochar o forzar a nadie, a colaborar o abstenerse. Cada uno tiene sus convencimientos o razones, para actuar como lo hace. Las Mitzvot hay que hacerlas por uno mismo y con su dinero, no que yo lo diga pero otros sean los que la lleven a cabo con su esfuerzo.
Debemos de reflexionar, que es lo que puedo hacer YO. Y si he enarbolado la bandera de este proyecto, seguir manteniéndola izada mientras la circunstancia me lo permita.
Pero si hemos adquirido un compromiso, debemos de acordarnos de cumplir este Neder (promesa-compromiso). Hay que hablar y actuar, decir y hacer, sumar mejor que restar. Si no cumplimos con este compromiso adquirido, somos cómplices de obstaculizar el avance de nuestra Comunidad.
El Proyecto no ha acabado y por lo tanto los apoyos a la Comunidad es necesario.
Que Hashem nos juzgue a todos con Rajmanut y veamos pronto la llegada del Melej Hamashiaj y reconstruido el tercer Bet-Hamikdash. Amén.
Este compromiso, es inherente a todo judío, por nacer dentro del seno de este pueblo, compromiso del hombre con el Altísimo, sus fueros y leyes.
Pero a veces con el devenir de la vida, adquirimos otros compromisos con los propios seres humanos, no pensemos que estos tienen menos importancia o podemos dejarlos de lado. El Yetzer Hará (mal instinto), lucha para restarle importancia y hacernos caer en la despreocupación de los Nederim (promesas), entre las personas o con las instituciones.
La Kehilá de Melilla, ha adquirido un compromiso con su Comunidad, el compromiso de llevar adelante el proyecto de reforma del edificio comunitario, que esta casi acabado, y la continuidad del Colegio “Liceo Sefardí”.
No somos robot, somos personas con capacidad de raciocinio y con voluntad propia, por lo tanto no todo el mundo estaba de acuerdo con estos dos macroproyectos de la Comunidad Israelita de Melilla, totalmente justificados y respetados sus argumentos. Gracias a Hashem estamos en un país democrático.
Pero si decir, que muchos enseguida enarbolaron la bandera para que se convirtiera en realidad, como Baruj Hashem ha sido. Ha sido la labor comunitaria con el mayor desembolso económico en esta Kehilá centenaria.
En octubre del año 2004, cuando tuvimos el Zejut de tener en Melilla la visita del del Rab Harashí, Rab Shlomo Amar “Shelita”, dando ejemplo y su aportación fue la primera, para las aspiraciones de la junta directiva. Las paredes del salón comunitario temblaban al escuchar la generosidad de los presentes. Hazak Hubaruj a todas estas personas y que Hashem les de Berajá y Hazlajá. Sin el sprinte inicial, la carrera no llega a buen fin.
Este fue el punto de partida para el compromiso adquirido.
A partir de entonces muchos miembros de la Comunidad se comprometían con los planes de reforma y creación del Liceo. Algunos a través de sus buenos donativos, otros con campaña de conciencia para que los padres matricularan a sus hijos en el Liceo, otros aportando ideas..... todas estas iniciativas dignas de alabar y reconocer, para poder llevar a buen puerto este barco que es la Comunidad.
Las buenas intenciones son positivas, las ideas resolutivas, pero la realidad es que sin el dinero nada se puede hacer. Por lo tanto hay una persona a la que sería injusto no mencionar, es el Sr. David Melul Z.L. que en vida adquirió un compromiso muy importante, aportando una importante cuantía económica, secundado por su familia. De la Kehilá de Melilla, las aportaciones fueron destacadas y necesarias. A todos Hazak Ubaruj y que Hashem tenga en los Shamayim la Neshamá del Sr. Melul.
Lo que quiero transmitir en estas breves palabras, es que el proyecto no ha acabado, hay que seguir alimentando a la criatura que se ha creado y para eso hace falta la inestimable colaboración de muchos miembros de la Comunidad.
Donaciones que cada uno debe hacer libremente, según sus posibilidades y capacidades.
Como dice la Halajá (ley), primero tu entorno, y el nuestro es la Comunidad y las instituciones locales.
Estos días de reflexión podemos pensar que queremos para nuestra Comunidad, si queremos que siga adelante o vare este barco en la indiferencia y olvido.
Lo que no se debe caer en el error, de reprochar o forzar a nadie, a colaborar o abstenerse. Cada uno tiene sus convencimientos o razones, para actuar como lo hace. Las Mitzvot hay que hacerlas por uno mismo y con su dinero, no que yo lo diga pero otros sean los que la lleven a cabo con su esfuerzo.
Debemos de reflexionar, que es lo que puedo hacer YO. Y si he enarbolado la bandera de este proyecto, seguir manteniéndola izada mientras la circunstancia me lo permita.
Pero si hemos adquirido un compromiso, debemos de acordarnos de cumplir este Neder (promesa-compromiso). Hay que hablar y actuar, decir y hacer, sumar mejor que restar. Si no cumplimos con este compromiso adquirido, somos cómplices de obstaculizar el avance de nuestra Comunidad.
El Proyecto no ha acabado y por lo tanto los apoyos a la Comunidad es necesario.
Que Hashem nos juzgue a todos con Rajmanut y veamos pronto la llegada del Melej Hamashiaj y reconstruido el tercer Bet-Hamikdash. Amén.
